Ante la revolución de la inteligencia artificial y el creciente debate sobre el uso de nuestra información para el desarrollo de modelos, así como las medidas para protegernos de posibles riesgos, las organizaciones deben asumir la responsabilidad temprana no solo de cumplir con los nuevos marcos regulatorios a nivel global, sino también de garantizar la confianza y lealtad de sus clientes.
En este contexto, un sólido gobierno de datos es esencial para regular quién accede a la información y cómo se utiliza, asegurando procesos responsables y éticos. La trazabilidad efectiva de los datos permite su uso posterior para análisis, entrenamiento de modelos y decisiones comerciales, como la definición de descuentos o recomendaciones de productos, que pueden personalizarse según el comportamiento de consumo del cliente, si así lo desea.
Para ilustrar el potencial de la inteligencia artificial, el estudio de Forbes Advisor revela que el 54% de los encuestados considera que la IA puede mejorar el contenido escrito extenso, como el de sitios web. Además, el 53% ve oportunidades en la mejora de la mensajería instantánea, incluidos los chatbots; el 46% en mensajes de texto; y el 48% en correos electrónicos. Un 39% opina que la IA puede optimizar las llamadas telefónicas, mientras que el 40% destaca la publicidad personalizada como otra área con grandes posibilidades de mejora.
Promover una gestión ética y responsable en el uso de la IA
Más allá de la trazabilidad y un gobierno de datos eficiente, es fundamental adoptar buenas prácticas para mitigar los sesgos, tanto humanos como algorítmicos. Si no se controlan, estos sesgos pueden tener graves repercusiones, como decisiones discriminatorias que afecten el acceso a créditos hipotecarios o la inclusión en oportunidades laborales, basadas en factores demográficos o psicosociales. Promover una gestión ética y responsable en el uso de la IA es clave para evitar estos riesgos y asegurar la equidad en la toma de decisiones.
Un ejemplo claro de sesgo ocurre en la segmentación de clientes. Los sesgos humanos pueden surgir al seleccionar criterios como los ingresos, lo que puede llevar a excluir a poblaciones relevantes debido a prejuicios inconscientes. En cuanto a los sesgos algorítmicos, estos se producen cuando los modelos de IA replican decisiones históricamente sesgadas, perpetuando la exclusión de ciertos grupos de manera automática y sin un análisis consciente de sus consecuencias.
Evaluación y Corrección de Sesgos
Para enfrentar este reto, las organizaciones deben evaluar cuidadosamente qué aspectos utilizar, medir, filtrar y transformar en sus análisis de datos. Es fundamental considerar no solo las implicaciones legales, sino también las éticas y sociales, especialmente en poblaciones vulnerables. A medida que se incrementa el uso de la inteligencia artificial (IA) en la toma de decisiones, es crucial reconocer que los sistemas pueden incorporar sesgos, ya sean deliberados o accidentales, originados tanto por los diseñadores como por los datos utilizados. Un ejemplo de sesgo intencionado se presenta cuando una empresa decide no dirigir sus campañas hacia ciertos segmentos, como las áreas rurales, basándose en consideraciones estratégicas o económicas. Aunque esta decisión pueda parecer justificada desde una perspectiva operativa, implica desatender clientes con un gran potencial, lo que podría limitar su acceso a productos o servicios valiosos.
Mitigación de Riesgos Asociados a los Sesgos en el Uso de la Inteligencia Artificial
Para reducir los riesgos asociados a los sesgos en el uso de la inteligencia artificial y alinearse con las decisiones estratégicas y operativas de la empresa, es fundamental que las organizaciones revisen tanto los datos como las decisiones de diseño. Esto implica utilizar datos representativos, aplicar técnicas de auditoría y establecer controles éticos rigurosos. Una evaluación constante de los resultados permitirá identificar y corregir patrones discriminatorios, garantizando así una toma de decisiones más justa.
En el contexto del manejo ético de los datos, especialmente en el desarrollo y la toma de decisiones basadas en información obtenida a través de modelos de IA, la alfabetización de datos es esencial para la transferencia de conocimientos y buenas prácticas entre los colaboradores. Comprender el propósito de los datos, cómo se recopilan y cómo se interpretan influye directamente en la calidad de las decisiones. Aunque los datos sean tratados con rigor, el impacto final depende de cómo quienes consumen esa información la utilizan. Promover una cultura de alfabetización de datos no solo mejora la calidad de las decisiones, sino que también fomenta un entorno más consciente y responsable en el uso de la IA.
Se parte de la transformación digital a través de la inteligencia artificial
Nuestro equipo no solo te brinda experiencia técnica en el desarrollo de iniciativas innovadoras, sino también un profundo conocimiento legal y organizacional para garantizar que tu implementación sea exitosa y responsable. ¡Transformemos juntos!