Cada 24 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Información para el Desarrollo, una fecha proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972, que tiene como objetivo sensibilizar sobre el papel crucial que juega la información en la resolución de problemas globales relacionados con el desarrollo.
Esta fecha destaca la importancia del acceso a la información y la comunicación para enfrentar desafíos como la pobreza, la desigualdad y la sostenibilidad ambiental.
La Brecha Digital y el Acceso a la Información
A pesar del progreso en el acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), aún persisten importantes brechas digitales. Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el número de personas sin conexión a Internet a nivel mundial ha disminuido de 2.700 millones en 2022 a 2.600 millones en 2023. Sin embargo, si se mantiene esta tendencia, es poco probable que se alcancen las metas de conectividad universal y significativa para 2030.
En abril de 2024, el número de personas conectadas a tecnologías digitales alcanzó los 5.44 mil millones, lo que equivale al 67.1 % de la población mundial. Estos datos subrayan la necesidad urgente de seguir cerrando la brecha digital para lograr un desarrollo más inclusivo.
La tecnología digital contribuye directamente a la consecución del 70 % de las metas de los, Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). No obstante, el éxito de estos depende de la disponibilidad de datos precisos, relevantes y oportunos. La sostenibilidad de los datos es, por lo tanto, un componente clave para monitorear y evaluar el progreso en diversas áreas del desarrollo. Las estimaciones de las Naciones Unidas indican que los avances en relación con la mitad de las 169 metas de los ODS son débiles o insuficientes a mitad de camino de la Agenda 2030, y el 30 % de las metas se han estancado o retrocedido. Para abordar estos desafíos, la transformación digital exige esfuerzos conjuntos entre el sector privado, las instituciones financieras, la sociedad civil, las Naciones Unidas, los gobiernos y personas.
La IA como Aceleradora del Desarrollo y Reductora de la Brecha Digital
La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta poderosa para abordar desafíos globales y reducir la brecha digital. A través de su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos y generar soluciones adaptativas, puede hacer que las tecnologías complejas sean más accesibles para comunidades marginadas.
Un ejemplo notable es Babylon Health, que utiliza IA para ofrecer consultas médicas virtuales y diagnósticos preliminares a través de una app. Esto permite que millones de personas en países en desarrollo accedan a servicios de salud básicos sin necesidad de desplazarse. En Ruanda, por ejemplo, los pacientes pueden consultar con un asistente virtual que evalúa sus síntomas y los dirige a los recursos médicos más apropiados. Esto ha reducido la carga sobre los servicios médicos locales y mejorado el acceso a la atención sanitaria en áreas rurales.
Otro caso exitoso es PlantVillage, una plataforma que utiliza IA para ayudar a los agricultores en África a combatir plagas y enfermedades en sus cultivos. A través de una app, pueden tomar fotos pueden recibir asesoramiento inmediato sobre enfermedades, lo que les permite implementar soluciones adecuadas. Esta tecnología ha aumentado la producción de alimentos al proporcionar recomendaciones específicas, mejorando así la seguridad alimentaria local y fomentando el crecimiento económico en las zonas rurales.
La inteligencia artificial no solo impulsa el desarrollo en sí, sino que actúa como una fuerza democratizadora, nivelando el acceso a la información y recursos esenciales para reducir la brecha digital y garantizar que más personas puedan beneficiarse de los avances tecnológicos, acelerando a su vez el cumplimiento de los ODS.